Ni Soviet, ni Sociedad Anónima.

Con demasiada frecuencia aceptamos premisas y conceptos, que gracias a los medios de comunicación, terminan por volverse comunes en el habla del aún más común hombre masa de nuestros días. La total falta de Pensamiento (crítico), la abundancia de consignas de fácil memorización y de discursos demasiado rápidos de digerir (sin desarrollo de contenido), han facilitado las condiciones que permiten destruir paso a paso un potencial proyecto de desarrollo para nuestro país. Pretender que semejante falta sea solo un pecado de la Izquierda, es tan absurdo como creer que los mismos que son capaces de privatizar el alma de Chile, como lo hace la Derecha liberal, en efecto buscarían el bienestar de la Patria. ¿Podemos seguir siendo tan ilusos? ¿Podemos obviar el hecho simple y evidente de que tanto un sector como el otro actúan condicionados, casi coludidos, con el objetivo de desarticular Chile?
A estas alturas, es de sumo sospechoso que alguien pudiera negarlo, pero aún así existen. Les llamaremos equivocados sinceros a quienes pretenden hacernos creer como debemos tomar partido por las ya conocidas fuerzas políticas que representan al actual modelo establecido. De igual forma, se ha tornado habitual escuchar entre los liberales de Izquierda, proponer un modelo de Estado excesivamente burocrático, engorroso para sus fines y distanciado de las reales necesidades de La Comunidad del pueblo, un Estado dedicado solo a la desarticulación de las unidades tradicionales de organización, como lo son la Familia, la Comunidad y el Trabajo. Lo primero gracias a la transformación de los patrones de de creencias que estructuraban a la familia como la base formativa de la sociedad y que mediante concepciones “progresistas” distorsionan los roles naturales que corresponden a cada miembro de dicha unidad fundamental de organización. Lo segundo intentando parcelar y diferenciar a las diversas comunidades como si no pertenecieran a una unidad territorial mayor, el país. “Los Territorios” como les ha dado por llamar a los espacios geografías ocupados por las distintas Comunidades, estarían intentando conseguir mayores grados de autonomía, vulnerando desde ya el principio soberano de un Estado Nacional para Chile. Debemos aclarar que el surgimiento de este tipo de nomenclaturas, “los Territorios”, nace de una mala comprensión y peor aún aplicación de la “Regionalización” implementada desde 1974. Tan mala comprensión que ha llevado a que desde las regiones se busque “Descentralizar”, cuando lo que realmente se requiere es “Desconcentrar”. Posteriormente podremos ahondar en la diferencia, entre estos conceptos. Lo tercero se refiere a como han buscado anquilosar, burocratizar y tergiversar el rol de las organizaciones laborales.
Intentando monopolizar la dirección de los movimientos obreros, diferenciando a estos últimos del resto de los trabajadores y peor aún, condicionando partidistamente los intereses de las diversas fuerzas laborales.

La derecha por su parte, ha hecho lo suyo contra las mismas Unidades fundamentales de organización que ha atacado la izquierda. La Derecha liberal, con su visión materialista y consumista niega el rol básico de la familia dado que su progresismo atenta contra su estructura. Evopoli y el matrimonio homosexual son ejemplo de ello. Respecto de la Comunidad, el mayor éxito del modelo capitalista ha consistido en destruir por completo el arraigo y la identidad de las diversas localidades. Bajo la construcción de modelos habitacionales estandarizados, no solo terminaron con la identidad propia de barrios y localidades, también pasaron por alto un conjunto de consideraciones y deberes medio ambientales. Respecto del trabajo, con el solo hecho de negar la necesidad de sindicalización, rechazando que lo requerido frente a la realidad, es volverla competente frente a la virtualización del trabajo, han contribuido a una mayor alienación del conjunto de trabajadores. Sin dejar de lado como la inpermanencia laboral, estimulada por el actual modelo, ha generado un conjunto de faltas previsionales (lagunas previsionales)
No nos engañemos, el Liberalismo en todas sus formas y manifestaciones de acción política, requiere para sus fines pervertir y corromper el Estado, como principal Institución de organización nacional, pues solo mediante ese recurso puede llegar a controlar a toda la Comunidad del Pueblo. Nos hacen creer que el Estado es el problema, cuando en realidad la causa de todas sus falencias radica en quienes lo administran, es decir los gobiernos democráticamente elegidos…

Para aquellos cuya ilusión les condiciona, está dirigido este texto, única pretensión en un mundo que deja de reconocer el mérito (izquierda), o que peor aún, pretende hacernos creer que el mérito solo puede redituar mediante un pago abultado y el consiguiente reconocimiento y aceptación de los pares (Derecha). O como reconocerán algunos, a través de la anomia propia de la igualdad brutal que impide la iniciativa y por tanto la diferenciación natural de las capacidades (Izquierda).
Somos un pueblo de grandes defectos, y por Dios que nos pesa, pero aún así hemos sido capaces de levantarnos, de construir y crear condiciones que nos favorecen, pese a la opinión y designio de otros pueblos regionales, e incluso frente a la visión favorable de otras Potencias (lo cual nos ha jugado en contra), nosotros los chilenos “somos” aún, una construcción propia y reconocible. Después de 200 años logramos superar las peores diferencias. Luego de décadas, pagando con cientos de muertos, logramos refrendar nuestra Identidad, pero pese a ello, pese a todo lo vivido, lo sufrido y lo conquistado, aparece una generación de milenials, instrumentos de la Derecha consumista y de la Izquierda resentida, ambas deconstruccionistas, que pretenden desde su ignorancia de “pequeños liberales”, determinar nuestro futuro. ¿Comprendieron nuestro pasado? Lo dudamos, y con justa razón, pues se trata de una generación manipulada por fuerzas externas, que jamás han producido nada y que no conocen el valor del trabajo, solo el precio monetario de los objetos. Para todos estos iluminados, la respuesta resultante no puede ser otra que el hambre.

Nuestra queja no es contra el Capital, ni contra la generación de riqueza. Nuestro reclamo fundamental es contra la exacerbación del Capital como fin último, mediante su acumulación y concentración. La pregunta para muchos más evidente radica en determinar como generar riqueza sin acumulación o concentración. Lo primero es entender el Capital como un medio, una herramienta en la generación de riqueza, por tanto su utilización debe ser productiva. El ahorro se vuelve inversión y la inversión ha de generar trabajo. De esta forma contribuimos a que el Mercado mismo actúe como herramienta social, sin necesidad de ser intervenido por el Estado, pero mucho menos permitiendo que se auto regule como si de un ente con conciencia de sí se tratara, más aún dado que esa supuesta auto regulación es inexistente, por cuanto la concentración de Capital generada entre los Grandes grupos económicos, les ha permitido, mediante la especulación, controlar los mercados a nivel nacional y global.
Es en este entendido que el individualismo hoy estimulado directamente por el liberalismo izquierdo-derechista (llamado progresismo), se ha dado a la tarea de crear valor para algunos individuos, extrayendo valor desde la Sociedad en su conjunto. La Competencia entendida por sí sola como fuente de éxito, perpetua la existencia de un individuo que solo mira por su propio interés. Igualmente, la sola colaboración entre individuos, sin objetivos mayores a si mismos, marcados por la horizontalidad en sus relaciones de Poder, termina diluyendo toda Autoridad y desincentivando aquellas iniciativas surgidas al alero de capacidades particulares.
Como podemos apreciar las respuestas determinadas por el Liberalismo, tanto de Izquierda como de Derecha, distan mucho de ser soluciones efectivas.
Olviden sus deseos y aspiraciones egoístas, es tiempo de reflexionar respecto de necesidades mayores. Seguridad y estabilidad, como elementos esenciales, solo se consiguen mediante el orden. El orden es resultado de voluntades férreas que obedecen a un proyecto país efectivo, no a quimeras trasnochadas de incapaces “burguesillos liberales” con arrebatos guerrilleros. Finalmente debemos concluir que el valor de la Comunidad está por sobre el interés del Individuo, por cuanto sin la existencia de la Comunidad, no hay capacidad individual que se pueda desarrollar en forma efectiva. Esto no quiere decir que un conglomerado deba condicionar la capacidad del individuo, muy por el contrario esta debe lograr potenciarse con la capacidad de aquel cuya iniciativa y voluntad de lucha, logra
generar nuevas alternativas beneficiosas para él y el conjunto (Tú solo no eres nada, tu Patria lo es todo). Próximamente podremos referirnos a las diferencias entre Voluntad de Lucha y Voluntad de Poder, en especial respecto del paso de un Pueblo a Comunidad del Pueblo y este a Nación.

Por un Chile libre y soberano, quien no sea nuestro amigo, es simplemente nuestro enemigo, interno o externo. La Historia juzga, pero los procesos políticos deciden..
Mauricio Olivares Tobar / Editor de Contenidos en Boca del Lobo.
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