Nos encontramos transitando en una época donde las categorías absolutas se deben imponer ya por la Razón, ya por la Fuerza. Una época, podríamos decir, particular, pero en ningún caso única en cuanto a sus implicancias histórico-sociales. Pretender lo contrario, como si todo lo ocurrido fuera algo nuevo, nunca antes visto y sobre lo cual no tendríamos alternativas más que dejarnos arrastrar por la contingencia, es propio de una absoluta incomprensión del Proceso que enfrentamos. La centralidad del problema no tiene nada que ver con un condicionamiento generado a partir de la contingencia, muy por el contrario nos obliga a reconocer nuevos parámetros de análisis, donde dicha contingencia es solo parte de un entramado mayor de hechos, los cuales una vez contextualizados permiten dilucidar un Proceso esencialmente histórico-cultural, con profundas implicancias en lo político, social y económico.

Como parte de los errores que se evidencian desde un principio, entre las filas de los nacionalistas, algunos autodenominados Patriotas, en un intento de sumar a la Derecha liberal y conservadora, se encuentran en 11 puntos fundamentales.
1- Pretender erróneramente que el actual conflicto social es reflejo de la antagonía histórica entre izquierda y derecha.
2- Intentar explicar los actuales acontecimientos, como el levantamiento popular desde Octubre del 2019, solo desde el ámbito local, sin relacionarlo con las complejidades exteriores de carácter hemisferico e incluso más allá.
3- Creer ingenuamente que se trata de acciones espontáneas, sin una articulación mayor en el tiempo, con estímulos y conexiones desde dentro y fuera del país.
4- Olvidar los antecedentes previos de maltrato laboral, inseguridad social, educación de mala calidad, postergación desde los centros de Poder, con por lo menos 100 años de continuidad, que han fundamentado las querellas de la izquierda insurreccional.
5- No comprender que enfrentamos una parte del problema manifiesto en la absurda contradicción que han generado entre Crecimiento y Desarrollo, entendiendo la Inequidad y no la Desigualdad como reflejo del mismo.
6- Creer que se trata de un nuevo ciclo histórico, que como sería natural, se manifiesta violentamente mediante una supuesta ruptura frente a los tradicionales Grupos de Poder, negando el Proceso de larga duración histórica que enfrentamos (100 años por lo menos) y que volvería a este solo como una fase de carácter terminal respecto del ciclo mayor.
7- No reconocer que nos encontramos en medio de un proceso de decadencia progresivo, sostenido y continuo, iniciando el final de este y que solo mediante un quiebre critico o de crisis cultural y político, podría ser enfrentado.
8- No entender que no se trata de una falla estructural del modelo, sino que de un intento de religitimización del mismo, mediante el control social que impone la contingencia.
9- Pretender que el desorden público desestabiliza a los grupos de Poder hegemónicos y no comprender, por tanto, que serían estos mismos quienes estarían detrás su ocurrencia.
10- Intentar concertar una alianza entre la Derecha Liberal y el Nacionalismo, contra el marxismo, olvidando que se trata de conceptos y corrientes opuestas.
11- No comprender que el marxismo cultural es solo una manifestación más del actual Liberalismo.

Exponemos a ustedes lo anterior, con la finalidad del análisis y posterior estudio de la contingencia nacional a través de los fundamentos ideológicos que nos caracterizan como editorial independiente. No pretendemos ofender a nadie con lo que aquí se expone pues sabemos que nuestros lectores no forman parte de aquella generación de cristal, la cual débil y sin carácter, carece de toda voluntad consciente.
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